viernes, 18 de mayo de 2012

hay momentos que son necesarios capturar. de esos ricos que quieres guardar en un cofrecito hecho cuando eras niña, todo artesanal... todo con olores de infancia... esos cofres en los que quieres guardar mil y una cosas bellas, hermosas, que quieres guardar siempre, que puedes abrir cuando seas vieja, y podrás regresar a esos instantes... esos que quieres abrir cuando seas mamá y tu hija esté llorando, de los cuales vas a poder sacar alguna enseñanza para darle. esos que quieres abrir cuando estés triste y te hayas olvidado lo que es sentirte feliz, esa felicidad pura, nada fabricada, sencilla, la mejor. 

Ayer me bajé mucho antes de tiempo del paradero que me corresponde normalmente, y para llegar a donde debía tuve que caminar, no tenía ni un sol según yo... luego me daría cuenta que en mi billetera tenía lo necesario para llegar... en fin... me encanta caminar, y esta vez quise hacerlo, no por las avenidas, si no por las calles, así que sin conocer mucho la zona, me metí igual por "el barrio"... nada del otro mundo, calles... casas... bodegas, gente caminando.. etc.. luego pasé como por un pasaje, pero no de esos cortitos... no de esos... y vi dos niñas con su papá, una a cada lado, cada una agarrándose de la mano de su papá... las niñas tendrían 2 y 4 años... no  mas... y lo que me encantó fue que los tres caminaban con una sonrisa hermosa, y la más petiza, además de estar sonriendo tenia los ojos cerrados, caminaba a ojos cerrados sonriendo, aferrada a la mano de su papá, se veía la confianza plena que tenía de que su papá la iba a proteger, que nada le iba a pasar si el la estaba agarrando, además había esta brisa perfecta que seguramente caía a su rostro. me quedó grabada esa carita de confianza y paz plena de que todo estaba bien, que nada le iba a pasar y podía caminar a ojos cerrados. Todo bien...

Quebuenoquebueno...