miércoles, 14 de agosto de 2013

Hoy  en el recreo Sebastián me apuñalo con una daga de diente de tiburón asesino justo en el corazón y me dijo que me quedaban dos días de vida.  Lucas me miraba con esos ojos preciosos que tiene, de los que te sonríen de la forma mas pura, esperaba mi reacción. Cuando los dos vieron que de pronto yo empecé a convulsionar y me asfixiaba porque el veneno ya estaba entrando a mi organismo muy entusiastas y felices empezaron a lanzarme todos los conjuros posibles para salvarme. De pronto volvió a mi el aire, lograron salvarme y me abrazaron con todas sus fuerzas, yo por supuesto les  devolví el abrazo mientras les lanzaba veneno de rana paralizante. Sebas lo esquivó y me lanzó un conjuro que hizo que no dejara de vomitar caracoles todo el resto del recreo.

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