sábado, 12 de septiembre de 2015


Dos años y catorce días es mucho tiempo. Cuántas cosas hemos vivido en ese tiempo. A mi me pasa que cuando estoy feliz, muy tranquila o disfrutando mucho no tengo esta necesidad tan grande de escribir como en momentos de frustración, tristeza, molestia, ira, desolé y etcéteras… así que si me dices que son dos años y catorce días pienso que podría ser que esos años han sido buenos… pero sé que no es del todo cierto… solo era lo primero que pensé y debía escribirlo.

Siempre me ha gustado regresar, así como tu lo has hecho y reencontrarme conmigo, es extraño, gracioso, a veces frustrante. Darse cuenta que las cosas siguen igual puede ser tanto positivo como no. Darse cuenta y regresar en el tiempo y ver que como siempre hay constantes en mi vida, personas que están ahí y siguen presentes aún es maravilloso. Regresar en el tiempo y ver que siguen temas estancados, mismos rollos una y otra vez es una cagada. Y así… al fin y al cabo eres tu contigo misma.

Entiendo totalmente ese sentimiento del que hablas. Es una porquería. Fue por buen tiempo un ida y venida para mi... y probablemente aún lo es. Sentir que alguien que quieres tanto y te hace tanto bien está acá, pero sabes que se va pronto. Que se vaya… tener poco tiempo para “disfrutar”, sentir luego que ese tiempo no fue bien aprovechado y etcéteras.

Nos hemos acostumbrado a que todo sea banal, conversaciones superficiales, de rutina, es horrible. Detesto la velocidad a la que va todo. No nos detenemos a preguntarnos y preocuparnos realmente por saber cómo está la persona que tienes en frente. Y eso es lo que realmente importa al final de todo. No es la tesis, el trabajo, el tráfico, el cansancio… de nada nos sirve todo lo que hacemos si no nos vemos a nosotros mismos y a los demás. Si no nos preguntamos cómo está nuestro corazón. ¿Estamos tranquilos/contentos/en paz?

Estos últimos meses he aprendido a compartir más de mí. Si alguien me pregunta cómo estoy ya no respondo con el clásico bien. Ya si alguien me lo pregunta se fregó, porque va a escucharlo realmente, o al menos eso intento. Esa máscara de la que hablas todos la usamos, es más fácil decirle a todos “chévere conmigo” como dices. Porque claro, no tienes que enfrentar todo el rollo que está dentro. A veces, muchas veces, he pensado que si no decimos las cosas en voz alta no son tan reales…

Hay personas que marcan nuestra vida de diferentes formas, así fuertes. Que te dan cosas que solamente esa persona puede darte… que por más que intentes buscarlo en otra no lo llegas a conseguir y no llena de la misma forma. Ese es el efecto que tiene el en ti.

Es frustrante sentirse así, esa pena que tienes… se va de a pocos, aceptando que el tiempo ha pasado… que hemos crecido separados y que no con todos “las cosas siguen iguales”. Ese recuerdo al que te aferras es justamente eso… y probablemente no puede salvarte de ti misma como antes porque ya no es esa persona que recuerdas. Hemos crecido separados. Esas heridas abiertas de a poquitos volverán a cerrar. Seguramente ya no puede ofrecerte eso que quieres, pero yo creo que igual es de las buenas amistades… solo hay que encontrarle la forma para que funcione…

Saber que personas que quieres tanto están mal, y no poder hacer nada para quitarles la pena para mi es frustrante. A veces rezo pidiendo exactamente eso… “quítale esta pena”… jaja literalmente pido así. Pienso que en alguna parte hay un botón que aprietas y listo –chaupena- pero no funciona así. Solo queda acompañar… solo queda acompañar y asegurarte que de a poquitos la pena se va yendo. Y lo que intento es asegurarme que ese espacio que deja la pena se llene con otras cosas.

No puedo quitarte el miedo ni la incertidumbre que sientes respecto a tu futuro. Me encantaría encontrar un sobre que contuviera las indicaciones de lo que necesitas para que te sientas tranquila, para salir de ese “hoyo”… algo que ayude a que te enfrentes a eso que te cuesta… pero no resuelvo como hacerlo yo misma… pero si puedo acompañarte y recordarte que es lo que te toca ahora enfrentar en este momento… si puedo decirte que está bien que tengas miedo, solo no dejes que ese miedo te paralice y no te permita seguir avanzando y crecer. Puedo recordarte que eres una persona maravillosa y que tienes lo necesario para poder enfrentarte a lo que decidas…

Puedo decir con certeza que eres una de las amistades más valiosas que tengo, me siento bendecida de poder contar contigo siempre y voy a seguirte el paso hasta donde nos toque, y espero que eso sea muchísimo tiempo más. Y que si se te parte el corazón en mil pedacitos, como dijo, te ayudo a buscar todos y cada uno de ellos para darle forma de nuevo. 

No hay comentarios: